domingo, junio 26, 2005

Herramientas traídas de distintos lados

Hoy en la sección Empleos del diario La Nación, hay un artículo traducido del The Sunday Times sobre la influencia creciente de los business coaches o mentores de ejecutivos en Gran Bretaña, debido a los resultados que se han obtenido en las grandes empresas.
Sin embargo, sabemos que no sólo en las grandes se logran excelentes resultados. El coaching está teniendo mucho éxito en pequeñas y medianas empresas. La reflexión de que "cuanto más alto sube uno, menos se le interroga" es también válida en ellas. Sólo hablando con sus responsables se puede percibir la soledad en la que tienen que tomar decisiones y la presión que sienten por el resultado, sobre todo en un escenario incierto durante tanto tiempo como el nuestro.
También hace referencia el artículo a una metodología para detectar distintos estilos de personalidad que condicionan en las personas la forma de relacionarse con el mundo y específicamente, en el trabajo, desarrollada en la Cranfield School of Management. Pese a que no tiene nada que ver con el coaching en sí, me hizo pensar en todas las herramientas que usamos los coaches que van mucho más allá de lo aprendido en el entrenamiento y en lo interesante de seguir nutriendo la práctica con elementos traidos de otras. Las técnicas del manejo del stress, la categorización que usa la bioenergética de los tipos de personalidad, la lectura corporal que enseñó George Pierrakos, las distinciones entre los distintos abordajes de Ken Wilber en el viejo trabajo "La conciencia sin fronteras" y muchas otras cosas aprendidas que debería listar para hacer más consciente el uso que les doy, hacen a la forma de preguntar, la herramienta más valiosa que usamos. No podemos cambiar lo que no vemos: eso es tan válido para nuestros clientes como para los coaches. Los podemos ayudar a ver mejor si nosotros vemos a través de las lentes que nos dan distintas aproximaciones a la conducta humana. La filosofía es otra mirada. Pero lo dejo para otro día.

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