viernes, agosto 18, 2006

No es soplar y hacer botellas

Barbra Sundquist, que tiene una newsletter, Certified Coach News, cuenta lo que considera la verdad sobre la dificultad en tener ocupación plena como coach. Ella habla de USA pero podemos asumir que lo mismo o un poco más será cierto para el coaching en Argentina.
Contrariamente a los que venden marketing para coaches prometiendo resultados fantásticos en 60 o 90 días, ella afirma que, según su experiencia, lleva de 3 a 5 años de esfuerzo full time para armar un negocio rentable, tal como sucede con cualquier negocio. El coaching no es una excepción.
Es más, aclara que de alguna manera, entrar en este negocio es más difícil que en otros porque es un concepto relativamente nuevo y los potenciales clientes no tienen muy claro (y por acá... ni hablar) de cómo se beneficiarían con el coaching. Además, resalta el hecho de que comprometerse con este proceso es comprometerse con el cambio y el cambio asusta.
Hay otra variable que parece no ser menor: en USA el coaching uno a uno es caro. Aún para quienes lo pueden pagar, dice Sundquist que trabajar sobre transiciones de vida, encontrar la propia pasión y el crecimiento espiritual, son percibidos como un lujo.
El lado positivo es que el comienzo requiere una inversión muchísimo menor que la que necesita el que quiere poner un restaurante, por ejemplo. No desalienta el seguir capacitándose, desarrollar nuevos productos, entrenar un asistente, todas cosas que cuando se está muy ocupado no hay tiempo de hacer. Todo lo contrario: el hacerse conocer, por medio de charlas, newsletters, o la herramienta promocional preferida, dará eventualmente sus frutos. Y agrega algo en lo que creo fervientemente: hay que ser experto en un nicho!

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