martes, mayo 31, 2005

Una distinción que me resuena

Thomas Leonard, de Coach Ville, escribió un diccionario de distinciones, algunas muy relevantes para aplicarlas con clientes, pero más, para aplicarlas con uno mismo.
Una de ellas es aceptable vs inaceptable: o algo es aceptable para uno de acuerdo a sus estándares, necesidades, etc, o no lo es. Y en el medio no hay nada. Si algo no es aceptable, hay que declararlo y accionar desde ahí. Leonard dice que hay que ayudar a que el cliente establezca su límite. Yo creo que primero hay que tener la práctica con uno mismo. Hubo ocasiones en las traté de aceptar lo que en el fondo era inaceptable porque tenía miedo de las consecuencias que tendría el tomar esa posición (o sea, no tener el cliente). Y hablo por ejemplo de pactar menos tiempo del que creía que era necesario, menos veces por mes, menos dinero que el que yo considero una retribución adecuada, etc. Ni una sola de esas veces –que por suerte no fueron muchas – tuve un buen resultado y obviamente, o el cliente quedó insatisfecho de alguna manera, o yo me sentí mal conmigo. Y eso si que no me lo puedo bancar.

lunes, mayo 30, 2005

Ante la ausencia de definiciones que me interesen...

Si no hay una definición del coaching entendida, compartida, consensuada, aceptada, etc, (o por lo menos, eso creo) me gusta más la idea de mirar desde qué lugar cada uno aborda esta profesión (podrá ser considerada así?)
Al trabajar en una profesión, parece que está el riesgo de definirnos como que somos profesionales de tal cosa, pero lo cierto es que soy fulana de tal que tiene tal trabajo o tal profesión. Mi mensaje individual sobre qué es lo que hace funcionar mejor a la gente, a las organizaciones, al mundo, es único aunque pueda parecerse en la superficie a otros.
Decir la simple verdad sobre mi experiencia, me parece que me va a ayudar a crear un estilo de comunicación simple y fluido. Pero para eso tengo que mirar todo el tiempo quién estoy siendo y hacer elecciones que muestren quién estoy siendo. Y uno no es tan prolijo: soy socióloga, tengo formación como coach ontológico, facilitadora gestáltica, facilitadora de procesos grupales, entrenadora en técnicas de reducción del stress. Los trabajos que más me gustaron, en los me sentí espectacular, fueron: coaching a líderes de equipos de empresas medianas que tenían jefes con la cabeza abierta, un entrenamiento en un hospital público en conducción, los primeros en una empresa textil hechos con entusiasmo y casi con ingenuidad, talleres con enfermos terminales, talleres con mujeres (con una sincronicidad notable con una profesora de la NYU). Esto además de miles de trabajos en otros temas (investigación de mercado, redefinición de estructuras de organismos públicos, etc) que no estuvieron mal pero que no me alegraban la vida más allá de la ganancia y otros trabajos que mejor no recordar.
Ahora puedo definirme como alguien que entusiasma a las personas a aventurarse en la transformación y las ayuda a lograrlo. Si en ese proceso descubren sus valores como individuos, refuerzan sus capacidades de acción y terminan contribuyendo más efectivamente en los espacios en los que participan, soy feliz. Me apasiona ver cómo las personas van descubriendo nuevas y más placenteras y útiles formas de estar en el mundo y particularmente “partirle la cabeza a la gente”, producirles el efecto “microondas” (piropo recibido en un trabajo que se refiere a separarles las moléculas de cerebro a las personas), mostrar herramientas nuevas, generar una nueva forma de ver la realidad, entusiasmar.
Eso es coaching?

domingo, mayo 29, 2005

Coaching Argentina

El propósito del blog es facilitar un espacio de intercambio sobre el coaching personal, grupal y organizacional en la Argentina, discutiendo los avances de la actividad en el resto del mundo y generando aplicaciones propias para contribuir a promover y profesionalizar su práctica.

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