miércoles, marzo 22, 2006

Liderazgo, líderes y jardín de infantes

Conversando con Silvia Pérez Sisay sobre las competencias de líderes de equipos virtuales y las exigencias adicionales que requiere el entorno virtual, surgió el tema de siempre del líder nato vs el que adquiere las competencias necesarias para desempeñar aceptablemente su rol, de acuerdo a los estándares actuales.
Además, ya sabemos que el nuevo rol es muy distinto del anterior, controlador, rígido, preocupado por su poder posicional, etc y que hay muchísimas propuestas muy buenas para adquirir el tono de líder al servicio, con gran capacidad de escucha, con habilidades de coach, que hace que los demás sientan que trabajan para sí mismos mientras hacen el trabajo para la organización.
Pero me parece que hay un paso anterior que saca a la discusión del tema líder nato o formado: el de asumir que el liderazgo es el resultado de un proceso de aplicar habilidades interpersonales básicas como tener en cuenta al otro y actuar desde mi mejor lugar posible. Hablo de algo parecido de las reglas de conducta que aprendimos en el jardín de infantes: no trates mal a tus compañeros, compartí, no dejes desordenado lo que usaste, no mientas, asumí tus responsabilidades y compromisos, sé como sos, caminá lo que hablás (por ahí eso es posterior), etc. Me hubiera encantado guardar un mail que me mandaron alguna vez sobre justamente el tema de que lo más importante que aprendimos, lo hicimos en el jardín de infantes.
En este sentido, el liderazgo no está asociado a una posición. Es un estado del ser. Cómo seguir trabajando para formar líderes con las herramientas más modernas sin permitir que el proceso de relacionarse que implican esas reglas quede en la caja que tiene mamá junto con los dibujos y las evaluaciones de las maestras?
Encuentro que a veces es empoderando a los miembros de un equipo, dándoles permiso para que muestren su liderazgo a través de expresar más abiertamente en la tarea concreta sus habilidades para relacionarse con los otros y con el líder. Sin duda, el trabajar estos temas con apertura, franqueza y respeto con los líderes, sacándolos de las zonas de refugio de actitudes defensivas antiguas o de técnicas supermodernas, también es útil. Por supuesto que los valores que sustenta la organización determinarán a veces subliminalmente el estilo de liderazgo aceptado, y que hay muchos modelos que dan cuenta de las relaciones entre variables que no hay que dejar de integrar. Pero la aplicación de modelos y herramientas sofisticadas deberán estar ancladas en las reglas básicas.
Sin esta mirada sobre el liderazgo, no es posible la resolución de conflictos en un equipo.
Gracias Mrs. Grier.

lunes, marzo 13, 2006

Liderazgo virtual

Gestionar equipos de trabajo exitosos suele ser una tarea difícil, que presenta muchos desafíos. Si se suma la virtualidad como medio principal de comunicación, surgirán distintos aspectos a tener en cuenta para asegurar la mejora del desempeño y el logro de objetivos concretos en el equipo.
Pero esto no quiere decir que haya que encarar el trabajo con equipos virtuales desde la necesidad de paliar una dificultad – la de la falta de contacto cara a cara con respecto al equipo de trabajo – sino desde el concepto de que ese contacto no es crítico para la perfomance del equipo.
El entrenamiento en liderazgo virtual asume que la comunicación no presencial tiene muchas ventajas obvias y simplemente, que tal como en comunidades de trabajo reales orientadas hacia la tarea, el líder presta atención a que su equipo mantenga el foco, los plazos de tiempo, los compromisos y los procesos. Las habilidades adicionales que requiere el medio virtual, además de las tradicionales para un líder de equipo, son habilidades de síntesis y escritura, habilidades técnicas para crear información con impacto visual y habilidades para procesar la información relevante para el equipo, bajo el paraguas de una comunidad de intereses. Esto es, el líder de equipo deberá encontrar un estilo de comunicación basado en un valor, en una visión, en una misión, que provean de un “sentido de comunidad” a los miembros del equipo, construyendo una identidad grupal, que haga que la comunicación sea un ritual con resonancia colectiva.

imagen