jueves, octubre 06, 2005

El último trimestre

Comencé el 2005 con algunos propósitos que compartí con mucha gente a través del correo electrónico, antes de empezar a escribir el blog. La mayoría me devolvió impresiones positivas, sobre todo acerca del último propósito: accionar desde mi mejor intención. Lo que implica una práctica en revisar también las intenciones de acciones pasadas, desde las de hace 10 minutos hasta otras más lejanas en el tiempo.
Este tema que parece exclusivamente de desarrollo personal, está para mi totalmente unido a mi vida laboral, especialmente a la excelencia en el trabajo, que no es igual a perfección. Si vivo con la intención de la excelencia en todos los aspectos de mi vida, si no acepto resultados mediocres y busco mejorarlos, esa excelencia estará también en la forma en que ejerzo la profesión.
A esos pensamientos estoy entregada nuevamente –entre otros – en este último trimestre del año, cuando leo a David Wood en Mentor Monthly Newsletter refiriéndose a este tema, que él vincula con la excelencia en el coaching. En este artículo propone que nos hagamos algunas preguntas tales como: cómo soy yo como persona para que alguien quiera trabajar conmigo?, para que quieran tener un poco de mi energía?, para que alguien diga que le gustaría ser el tipo de persona que yo soy?
También pregunta específicamente:
· Ama su vida?: es agradecido, hace que las cosas funcionen?
· Es responsable de su vida?: en lugar de quejarse sobre lo que ocurre, se pregunta qué hizo para crear eso y por qué, sin excusas ni culpa?
· Abraza sus sentimientos sin suprimirlos ni dejando que lo dirijan?
· Avanza hacia lo que quiere? Es honesto cuando no lo hace?
· Toma riesgos? Dice aquellas cosas que tiene miedo de decir aunque pueda perder una relación?
· Se cuida? Se está dando lo que necesita? Se ejercita y come bien? Descansa cuando lo precisa?
· Mantiene su estándar de integridad? Por ejemplo, deja ir a sus clientes cuando se da cuenta que no está ayudando? Fíjese estándares y manténgalos.
· Aprende de sus experiencias?
· Aun en nuestras vidas imperfectas, le entusiasma su vida? Se despierta pensando que algo maravilloso pasará hoy? Esta pasión entusiasma a sus clientes también. Puede crear luz cuando usted está encendido.
Y agrega: si busca la excelencia en su vida, la esperará para sus clientes y proveerá un servicio excelente. Bastante que ver con “What the bleep do we know”, no?

martes, octubre 04, 2005

Una vez más con la “venta” del coaching

Sigue siendo tema de conversación el de venderse como coach de manera efectiva.
Por un lado, el coaching está en una crisis de crecimiento en países desarrollados, tal como fue la consultoría hace ya muchos años. Sobre el tema de la historia del coaching hay un artículo muy interesante en http://www.coachinginsider.com . Por el otro, en la Argentina, por ejemplo, la “mano” que nos dio hace unos años el ilustrado Mariano Grondona, contribuyó a desdibujar – o a borronear – lo que se había logrado hasta ese momento, llegando hasta el disparate de hablar de secta. En fin...
Yo creo que vender coaching no es una buena estrategia. No, por lo menos, a esta altura del desarrollo de la profesión. Y aunque estuviera más desarrollada, creo que hay que hablar de lo que resolvemos o logramos, más que de cómo lo hacemos.
Encontré a propósito de esto, a alguien que piensa lo mismo (qué tranquilidad, no?). Tessa Stowe, en una newsletter de Coachville Communities, escribe un artículo que se llama “No venda coaching: nadie lo compra!”
Ella dice simplemente que si cuesta trabajo hacer entender a la gente lo que es el coaching, cómo podemos esperar que lo compren? Además, las personas no sienten la necesidad de comprar servicios de odontología, o de contabilidad, o de consultoría: lo que sienten es la necesidad de resolver un problema específico. Si tengo dolor de muelas pienso que tengo que recurrir a alguien – que es un dentista – para resolver mi problema. Y lo voy a encontrar porque estoy motivado por un problema que requería una solución. Los detalles del proceso que utiliza el dentista no nos interesan demasiado, en tanto nos sintamos mejor pronto.
Del mismo modo, las personas no se despiertan pensando que necesitan coaching. Sí se despiertan con problemas que necesitan ser resueltos y que nosotros, como coaches, podemos contribuir a resolver usando nuestro proceso.
De modo que lo que hay que vender es los problemas que resolverá cada coach y los resultados que promete. Para lo cual hay que decidirse por un mercado y por determinados problemas o desafíos que podamos resolver para él. Además, tenerlo presente cuando alguien nos pregunta a qué nos dedicamos: la respuesta no es “soy un coach”, la respuesta es ese speech que tendremos sobre el quiebre en el cual nos hayamos especializado.

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